Formatos de sonido:

Como habréis podido observar, en el foro hay un subforo para compartir discos en formatos lossless, esto es, sin pérdida de calidad. En los tiempos que corren, en los que prima sobre todo el llevar mucha música amontonada en mp3 para oírla donde y cuando nos dé la gana, todavía quedamos algunos bichos raros que nos gusta tener un disco tal y como se grabó.

Cuando ripeamos un CD y lo volcamos al ordenador, el archivo resultante es un WAV, que ocupa más o menos 10 megas por minuto de canción. El mp3 es un formato con pérdidas, se cortan ciertas frecuencias muy altas que se supone que el oído humano no es capaz de escuchar, por encima de los 20 kHz, o sea, los sonidos más agudos. Esto hace que las canciones ocupen bastante menos que el tema original (hasta un 10% de un WAV, o sea, 1 mega por minuto si lo hacemos a 128 kB/s). Con un equipo portátil, un iPod, un mp4... la diferencia entre un mp3 y un CD original casi no se nota, pero cuando ya hablamos de equipos grandes, caros y buenos, esa pérdida de calida ya es evidente, aunque todo depende de lo que tenga cada uno machacado los oídos y sus exigencias personales.

Frente al mp3, existen otros codecs que permiten comprimir un CD en el ordenador sin que pierda nada de calidad y comprimiéndolo para que ocupe menos. De éstos últimos existen bastantes (FLAC, APE, WV...) y programas dedicados única y exclusivamente a hacer copias de un CD para que sean exactamente igual que el CD original. Cuando tratamos de escuchar los mp3 de un álbum en directo, resulta bastante molesto los cortes entre tema y tema, esos milisegundos de vacío que cortan el sonido del público. Lo mismo ocurre con algunos discos conceptuales donde suelen meter efectos o diálogos entre tema y tema. Estos programas lo que hacen, aparte de respetar la calidad del CD, es crear una imagen del mismo toda del tirón pero con un archivo pequeñito (un CUE) que le dice al ordenador donde empieza y termina cada tema, aunque podamos escuchar todo el disco sin cortes. Incluso podemos hacer esto con un mp3.

Además de las cualidades anteriormente reseñadas, el CD posee otras características que hace que su sonido sea tan limpio y haya conseguido retirar totalmente del mercado a las viejas cintas de casete y casi acaba con el vinilo, aunque éste siga aguantando contra viento y marea. A destacar lo siguiente:

- Frecuencia de muestreo: Para pasar una onda analógica a digital, se toman una serie de muestras cada segundo de donde luego se codifican los datos en señales digitales. En el caso del CD es de 44.100 muestras por cada segundo, o sea, 44.1 kHz. Con eso se consigue reproducir en formato digital el "sonido real" prácticamente igual que como lo escucharíamos si estuviéramos presentes en la sala de grabación.

- Rango Dinámico: Por decirlo en cristiano, el rango dinámico es la diferencia en decibelios entre el sonido más bajo y más alto que puede registrarse en una grabación. Mientras que un humano cualquiera, sin haberse machacado los oídos demasiado yendo a conciertos de música estridente de ésa que tanto gusta por aquí, puede captar un rango dinámico de unos 120 decibelios (esto es la diferencia entre el sonido más bajo que puede escuchar y el más alto antes de que empiece a notar sensación de ruido, dolor o le revienten directamente los tímpanos). Dicho esto, el CD nos ofrece un rango dinámico de unos 90 db, o sea, por debajo de la capacidad real de nuestros oídos. Pero, para los defensores del sonido analógico, un disco de vinilo tan sólo es capaz de registrar un rango dinámico de unos 70 db.

DVD-Audio:

Y en éstas estábamos cuando se inventó el CD, tan contentos con nuestro juguetito digital nuevo, pudiendo llevar nuestra música a todas partes como si fueran cintas, pero con un sonido mejor incluso que en los vinilos, cuando descubren que, estrechando el láser de los reproductores, se podía meter mucha más información en los discos sin perder nada de calidad. Al principio esto se usó sólo para meter pelis, pero luego se dieron cuenta que, metiendo sólo sonido, cabía mucha más música por disco, más pistas por canción, más canales que el simple estéreo. Aunque una persona normal tiene normalmente dos orejas, puede distinguir entre sonidos derecha-izquierda pero también delante y detrás y, entre estos cuatro puntos cardinales, todos los que estén en medio. Esto servía para imitar en cualquier habitación la acústica de una sala de conciertos por ejemplo o hacer pijaditas como meter a la banda delante y los coros detrás, o poner al guitarrista en el solo a dar vueltas alrededor tuya.

Efectos especiales aparte, esa mayor cantidad de información servía además para meter unas frecuencias de muestreo bestiales, hasta 196 kHz (frente a los 44 del CD) o un rango dinámico de 140 db (ahí ya sí supera al vinilo, al CD y al límite del oído humano). Las compañías empezaron entonces a pegarse por las patentes, dividiéndose los formatos en dos, el Super Audio CD y el DVD-Audio, lo cuál hizo que prácticamente no se dieran a conocer y ambos perdieran la guerra. No estoy hablando de usuarios normales, gente de la calle, tú vete a cualquier tienda de música y pregunta por discos en cualquiera de esos formatos y a ver que te dice el dependiente.

La Resurrección:

Las discográficas y las empresas del entretenimiento, que son muy listas, decubrieron que el mp3 y los DivX les estaban arruinando el negocio. Así pues, volvieron a poner a régimen a los láser y estrecharlos todavía más para meter más información en los discos. Empezó entonces otra guerra, ahora entre el Bluray y el HD-DVD. Lo que pasa es que esta vez, Sony , que ya tenía la lección aprendida, ha sabido imponer su producto sobre el otro y el Bluray ha salido vencedor.

Mientras que un CD puede almacenar hasta 700 megas y un DVD hasta 8.7 gigas, un Bluray puede llegar hasta 50 gigas en un doble capa. Con esa capacidad de almacenamiento, la calidad de la imagen es impecable, y si hablamos de sonido, puede almacenar varios canales de audio y además permitirse el lujo de meter el audio tal cual, sin comprimir ni leches. Esto ha ayudado a impulsar los sistemas de "cine en casa", equipos de cine, juegos y música con muchos altavoces, lo que ha ayudado a que el SACD y el DVD-Audio no hayan muerto del todo.

¿Por qué escuchar música en DVD-Audio?:

Evidentemente, siempre habrá gente que prefiera escuchar vinilos a CDs, lo cierto es que, aunque en teoría el CD se escucha mejor, el vinilo tiene un sonido muy característico que se reconoce en seguida, pero la inversión para escuchar un vinilo con calidad es desmesurada si la comparamos con lo que tendremos que invertir en un equipo para reproducir CDs y conseguir similar calidad de sonido. Pues bien, esta inversión es prácticamente la misma para reproducir un DVD-Audio.

Dejando aparte el tema surround o multicanal, el DVD-Audio es superior al CD por lo anteriormente descrito incluso en estéreo, la mayoría de los DVD-Audio traen una pista de dos canales para poder disfrutar en los sistemas tradicionales de dos altavoces. El rango dinámico tan alto consigue una separación entre isntrumentos mucho más clara incluso con el estéreo tradicional. Y ya rizando el rizo, hay reproductores mixtos para DVD-Audio y SACD. Yo prefiero el DVD-Audio porque es más fácil conseguirlos en la red, mientras que nadie se ha tomado la molestia de ripear los SACD manteniendo la calidad original, los que hay por la red son ripeos de la capa de CD que viene con los mismos o conversiones a DTS multicanal pero a través de cables externos. Los DVD-Audio se pueden escuchar en cualquier ordenador con una tarjeta (las hay que reproducen los 96 kHz/24 bits y salidas multicanal) y el software adecuados.

Evidentemente, los Bluray superan a los DVD-Audio en todo, el sonido que traen es el de los masters originales, pero para poder sacar partido a las características reales del sonido de un Bluray, habría que hacer una inversión brutal en amplificadores, altavoces y demás. Y tampoco estoy tan seguro de que, a ese nivel, sea fácil distinguir la diferencia, el DVD-Audio seguramente cope las exigencias de cualquiera que le guste el sonido de alta definición. Y no me suena ahora mismo que haya ningún disco de estudio editado en Bluray, de momento, los Bluray musicales se limitan a algún concierto en directo. Existen además, reproductores de DVD-Audio para coche, incluso con un decodificador surround interno, simplemente conectándolo a los altavoces tal cual, sin necesidad de amplificador externo.

Si de multicanal hablamos, frente a las bandas de audio de los DVD-Video, las que suelen traer son formatos "con pérdidas". La Dolby 5.1 es una especie de mp3 pero multicanal, y el DTS, aunque supera en calidad al anterior, sigue siendo un formato comprimido. Los DVD-Audio, por el contrario, son como CDs pero preparados para sistemas 5.1. Ojo, no confundir los Dolby y los DTS de los DVD-Video con los de los Bluray, éstos sí son formatos sin pérdidas, simplemente llevan esos nombres porque son los nombres comerciales de sus laboratorios.

La prueba de que el DVD-Audio sigue vivo es la reedición de los 10 primeros discos de King Crimson en este formato, remezclados junto a Steven Wilson (líder de Porcupine Tree) y gran usuario de este formato (yo tengo al menos 8 discos de este tío con sus diferentes bandas editadas en DVD-Audio).

La Jodienda:

Pues algo malo tenía que tener este formato y es que hay algunos discos imposible de ripear. Yo llevo ya varios meses peleándome con un par de ellos y no soy capaz de copiarlos en condiciones. Llevan una doble marca de agua imposible de saltarse y algún anti-copia más. Los hay que, con una mezcla de programas, se pueden pasar al ordenador, pero hay otros que nada. Sólo algunos reproductores caseros ignoran esas marcas de agua y leen las copias como si fueran originales y algún software de ordenador como el PowerDVD pasa de ellas. Lo malo es que no sabes si el DVD que te estás bajando está protegido o no hasta que no tienes los 7 u 8 gigas descargados del todo y, si no tienes el equipo adecuado, has consumido ancho de banda para nada.

NO A LA LEY LASSALLE