Brutal Legend': el Lawrence de Arabia de los Heavy Metal
Hay muchas formas de definir un juego como Brutal Legend. Por un lado, es un juego basado en las portadas de los dicos clásicos de Heavy Metal. Por otro es la última locura de Tim Schafer, creador de auténticos clásicos como Day of the Tentacle, Full Throttle o Grim Fandango. Pero es mucho más que eso.
Es un juego de autor, eso se ve a kilómetros. Todo es personal, quiere decir algo, viene de alguna parte… Es una vuelta de tuerca de Schafer a la nostalgia, a los buenos tiempos, a aquellos momentos en los que al creador no le pesaban los sueldos de sus empleados, o si iba a conseguir sacar un juego a la calle una vez acabado.
Lo que sin duda es 'Brutal Legend' es una gran historia, con un perfecto diseño
También es mosaico de muchas historias, de muchos géneros, de muchos detalles. Es un Lawrence de Arabia, cambiando las tribus del desierto, a las que el héroe debe unir, por bandas de los distintos tipos de Heavy Metal que existen. O, si nos ponemos tópicos, es un moderno Alicia en el país de las Maravillas, que cambia a la Reina de Corazones por malvados y lloricas Emos y Góticos.
Respecto a su jugabilidad, continúa la mezcla. Sí, es un GTA, no lo oculta. Pero también es un juego de estrategia, de puntería, de carreras. Y todo con fases machacabotones en las que tienes que derribar a cientos de enemigos contu hacha y tu guitarra, a lo Devil May Cry.
Pero, lo que sin duda es Brutal Legend es una gran historia, con un perfecto diseño. Poco importa que los gráficos no tengan todas las texturas que algunos necesitan para valorar los juegos positivamente. Porque a Brutal Legend no le hacen falta los adornos o las supercherías. Después de todo, un juego que llama a la nostalgia, que hace gracia mientras enternece y entristece, todo a ritmo de Black Sabbath, no precisa estar muy a la última. De hecho, sería paradójico que lo fuese. Después de todo, es un homenaje a todo aquel que se quedó en la penúltima.
Para acabar, no podíamos dejar pasar hablar del doblaje. Por supuesto, un 10 para EA por permitirnos configurar el idioma del juego. Podremos jugar con las voces españolas, con Santiago Segura a la cabeza, o con las originales, con Jack Black, Tim Curry o, incluso, Ozzy Osbourne. Sin embargo, y sin que sirva de precedente, desde aquí recomendamos encarecidamente que se pruebe el juego en castellano. Son demasiados y muy buenos los chistes, guiños y chascarrillos que regala Eddie a los jugadores. Segura defiende el papel en todo momento y, siempre y cuando no se tenga un nivel demasiado avanzado de inglés, es una pena perderse todos esos comentarios.
En definitiva, un gran juego para gente sensible lleno de decapitaciones, tacos, alcohol y música estridente.